El Mundial de Futbol ha llegado para sacarnos del tedio que representa una política fracasada y repetitiva, de los vacuos cierres de campaña de los candidatos a gobernador, de los prolegómenos de una lucha electoral de 2012 que se antoja tan enlodada como la anterior, del torrente de sangre y muerte que provoca el crimen organizado...
Es triste decirlo, pero, al mismo tiempo, un alivio: En momentos así, no hay nada mejor que hacer que buscarse un sillón cómodo y la compañía de buenos amigos, y colocarse frente a la tele para ver el futbol. Créame, cuando el árbitro pite el final de la gran final en Sudáfrica y una de las selecciones alce la copa, aquí no habrá pasado nada, el país seguirá en las mismas.
Pascal Beltrán del Río
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