jueves, 31 de marzo de 2011

Cambio de vida

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Me han pasado cosas nuevas últimamente.

Renové mi casa y le di una limpieza a fondo después de tenerla nadamas arrumbada en un rincón por cerca de tres años. Luego le puse muebles y la volví a acondicionar para hacerla digna y habitable, tanto que me fui a vivir a ella.

Me siento muy a gusto; a pesar de que no sé cocinar, hago el intento. Lo que me falta es tener señal de tv porque los canales locales me aburren. En este sentido me he dado cuenta de una cosa: el no tener televisión por el momento me ha hecho una persona muy hacendosa. No hay ropa ni trastes sucios en mi casa y, si no hay nada que lavar, trapeo o de plano me pongo a pensar que voy hacer de comer.

En serio que es complicado saber cómo hacer de comer porque a pesar de que se tiene la idea (y hambre) no se sabe cómo o por dónde empezar a cocinar. De hecho, tengo el refrigerador lleno; solo que me falta idea de qué sacar y cómo prepararlo aun para el platillo más sencillo (cómo admiro a mi madre!). Aquí agradezco que existan los sobres con comida preparada, no me refiero solo a las maruchanes, -que a propósito he evitado caer en la tentación de prepararmelas- sino a toda esa gama de platillos listos para servir (sólo agregue agua). Me han sacado de apuros y me calman el hambre por dos dias. De verdad que rinden! Además de algún guiso sencillo para complementar.

Me ha pasado algo muy curioso cuando voy al super: termino comprando más de lo que llevaba en mente. Y digo que es curioso, porque siempre he sido de las personas que cuando necesitaba algo, solo compraba eso y listo, no me complico. Cabe señalar que ahora que voy al mandado y termino comprando de más, son cosas que sé que voy a usar mas adelante en mi casa o para mi mismo. Al final no resultó un gasto innecesario aunque si se sale un poquito más del presupuesto que tenía pensado. La desventaja de vivir solo es que no le puedo echar la culpa de los gastos extra a nadie.

Aun le faltan cosas a mi casa. Quiero pintarla tanto por dentro como por fuera; quiero darle un toque personal: hacerla mía, a mi gusto y creo que lo estoy logrando. Me falta colgar algunas cosas en las paredes, algún mueble aquí o allá; estoy pensando en eso y en los colores que le pondré a mi casa. Voy poco a poco, me determiné a armar mi casa habitación por habitación y ya casi tengo terminada mi recamara y la sala-comedor.

Una anécdota muy buena con respecto a la personalización de mi casa es que, las mujeres que me han visitado, (novia, mamá, amigas) casi de inmediato me empiezan a dar ideas de lo que le hace falta: una jaula con pájaros, unas macetas, algún florero, carpetitas en los muebles, etc. Si eso pasa solo con visitarme, no quiero pensar qué se les ocurriría si me ayudan con el quehacer. Y olvidémonos de la curiosa costumbre que tienen de querer cambiar los muebles de lugar.

En fin, vivo en mi casa y estoy contento. No me falta nada (por ahora); solo me queda acostumbrarme a viajar más hasta mi trabajo, pero bueno, eso es cosa menor sabiendo que mi casa me espera con la cama tendida todos los días (claro, yo lo hice).

jueves, 17 de marzo de 2011

Recuerdos

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Hoy fui a depositar un dinero al banco.

Saliendo de trabajar, me dirigí a la sucursal más cercana. Hacía mucho tiempo que no se juntaban tantas cosas que me hicieron recordar con cierta melancolía algunos detalles de mi vida.

Para empezar; el cielo estaba claro, hacía sol y algo de calor. Después, el recorrido hasta la central de abastos donde estaba la sucursal del banco mas de camino a mi casa. El tráfico, las bodegas, la gente, etc. me hicieron vivir de nuevo como cuando ése era mi recorrido diario hacia donde yo antes vivía con quien fue mi esposa, que en aquellos tiempos estaba embarazada de nuestra hija.

Volví a vivir el trayecto, tanto que sentí el impulso de seguir de largo y hacer mi ruta de siempre hasta nuestro antiguo hogar. Lo intenté, pero me detuve en el semáforo; no quise seguir porque me iba a desilusionar al llegar ahí y no poder abrir la puerta y encontrarme con quien siempre me recibió con un abrazo, un beso y un plato de comida recién hecha.

Terminé mi trámite en el banco y seguí de frente en el semáforo. No hubo nada más que el recuerdo muy vivo de lo que hasta hace apenas pocos años yo hice a diario.

Algunas veces recuerdo cosas, detalles, lugares, olores; pero como los que tuve hoy no, nunca.

viernes, 11 de marzo de 2011

Rita Guerrero

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No quiero que parezca humor negro por la canción llamada "Nos queremos morir". Pero quiero hacer un pequeño homenaje a una guerrera del rock quien acaba de fallecer. Dejo este video de la canción que más me gustó de ella cuando era parte de esa cosa tan fantástica llamada Santa Sabina. Lo digo de todo corazón. Descanse en paz Rita Guerrero.


Se lo debo al calcio

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Hace unos momentos mientras me lavaba los dientes, estaba viendo en tv un comercial de pastillas de calcio para las mujeres. Te explican que si no las tomas, un día se te van a romper los huesos y quien sabe que cosas mas; dándote como ejemplo una torcedura de tobillo por bajar las escaleras usando tacones.

En fin, ese anuncio de tv se me hizo tan curioso porque apela al miedo que te puede dar el pensar que un día se te rompa el tobillo y lo pudiste haber evitado simplemente no ignorando el anuncio y yendo a comprar las benditas pastillas para tomarte una cada mañana.

Precisamente, en el mismo instante en que estaba viendo el anuncio, pensé: "para qué necesitaría yo tomar una pastilla de calcio si toda mi vida he tomado leche".

Siempre, desde que tengo memoria, he tomado leche y aun lo sigo haciendo. Me caí de la azotea cuando tenía quizá unos 7 años, me he dado unos golpes fuertes y solo se me pone morado. Me he caído de la moto digamos tres veces (hoy fue la tercera), me he machucado, cortado, golpeado, etc. Nunca jamás me he fracturado; es mas, ni siquiera he estado cerca de eso. Incluso una vez fui con el dentista y el médico me dijo que me iba a demandar porque no podía escarbar en mi muela con sus taladros y le estaba saliendo muy caro. En fin, pienso que se debe a que nunca he dejado de tomar (y disfrutar) mi vaso de leche todos los días.

Creo que si llevas un buen habito durante toda tu vida, ni siquiera te das cuenta cuando ese habito te ayuda a superar algún problema. Eso se lo puedo deber y agradecer a mis papás, quienes siempre y desde niños nos han enseñado a comer sano a mis hermanos y a mi, entre otras cosas igual de positivas. Creo que así soy (creo), con mi hija, también me gusta darle cosas nutritivas para comer. Espero algún día diga lo mismo de mi y sobre todo, les herede esas costumbres sanas a sus hijos.
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